En materia de precios, la capital checa es bastante más asequible que otras grandes ciudades europeas. Los numerosos y cómodos albergues juveniles y hoteles a precios reducidos permiten disfrutar plenamente de una estancia a bajo presupuesto para descubrir la ciudad.
A diferencia de Berlín o Londres, Praga es una capital de dimensión humana, lo que presenta una enorme ventaja: es posible realizar la mayoría de los desplazamientos a pie. En cuanto a los monumentos, también son fácilmente accesibles y la red de transporte público es de excelente calidad.
Las razones para visitarla son numerosas: encuentros con profesionales locales y visitas a empresas, descubrimiento de saberes tradicionales (cocina, fabricación de cerveza, fabricación de marionetas), inmersión temática (comunismo, Segunda Guerra Mundial, historia del pueblo judío), descubrimiento de las artes y las letras (literatura, música, arquitectura, cine, etc.), excursiones a las afueras de Praga, etc.
No obstante, el auténtico motivo para visitar Praga es, cómo no, la propia ciudad: las riquezas de su patrimonio, inscrito en la UNESCO, de su cultura y su vida social la convierten en un destino de obligada estancia para el enriquecimiento personal.